La Unión Europea señala la necesidad de incluir la naturaleza en la evaluación de la política económica, mirando más allá del Producto Interior Bruto (PIB). De los servicios ecosistémicos nace un nuevo concepto: Producto Interior del Ecosistema (PIE).
Los ecosistemas contribuyen a la sociedad y la economía, aportando beneficios que deberían tenerse en cuenta a la hora de medir la prosperidad económica de un país. Para ello, debe establecerse un indicador que mida estos servicios ecosistémicos, y que complemente el indicador del PIB, que únicamente representa el valor total de la producción o ingreso generado en un país.
Servicios Ecosistémicos
¿Qué entendemos por servicios ecosistémicos? Se trata de los servicios que un ecosistema aporta a la sociedad y mejoran la calidad de vida de la población. Ejemplos de ello serían la regulación del clima gracias a los bosques, la purificación del agua o la polinización de los cultivos.
Todo esto representa un valor importante, directa e indirectamente, para cualquier economía. Por ello, los beneficios de los servicios ecosistémicos han de tenerse en cuenta a la hora de toamr decisiones económicas. El PIB no refleja el impacto de los beneficios de la naturaleza en la economía, por lo que podemos acuñar el nuevo concepto Producto Ecosistémico Bruto, o Producto Interior del Ecosistema (PIE), para representar el aporte monetario de los ecosistemas a la economía nacional. Con este término, también se pueden evaluar los impactos de las políticas medioambientales sobre la economía del país. De este modo, pueden modificarse dichas políticas para mejorar su calidad en el futuro.
Sin embargo, el uso de este indicador todavía tiene limitaciones que impiden su aplicación en la práctica. Valorar los servicios ecosistémicos cuantitativamente es complejo, y los datos disponibles aún son limitados para implantarlos.
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PIE en la práctica
A pesar de esto, un estudio de la Comisión Europea explica la manera en que el término PIE podría complementar al PIB en los análisis macroeconómicos. Por ejemplo, se han realizado simulaciones teniendo en cuenta cambios potenciales en las preferencias de los consumidores, trasladado al impacto en los ecosistemas, y cómo eso podría afectar al PIE.
Los resultados de este estudio se han plasmado en un informe elaborado por el Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea y Wageningen Economic Research (WEcR). Conjuntamente han creado el modelo macroeconómico MAGNET, que incorpora la silvicultura y la oferta de tierra. Incluyendo este modelo en el concepto del que hemos hablado, el PIE, pueden comprobarse los efectos de nuevas políticas sobre el PIB y PIE. Además, para calcular el valor de los servicios ecosistémicos, se utiliza un conjunto de datos desarrollado por la JRC, el INCA.
Un modelo en desarrollo
De este modo, el PIE es todavía un concepto cuya puesta en práctica todavía está en desarrollo. Los investigadores tratan de enriquecer el modelo e incrementar su eficacia con distintas técnicas, como ampliar las bases de datos a las que se conecta el PIE, o considerar entre las variables el daño a la capacidad de sustentación del ecosistema.