¿Alguna vez has escuchado el término urbanismo bioclimático? Se trata de diseñar ciudades teniendo en cuenta el entorno en el que se encuentran y así gestionar correctamente los recursos. Una de las soluciones de este tipo de urbanismo son las ciudades esponja.
Ciudades esponja: ¿qué son?
Las ciudades esponja permiten lidiar con fenómenos naturales relacionados con las acumulaciones de agua, gracias a los SUDS (Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible). Este modelo urbanístico fue propuesto en el año 2000 por Kongjian Yu, pero no comenzó a implantarse en China hasta 2014.
Frente a las ciudades tradicionales, impermeables al agua y pensadas para la circulación de automóviles, las ciudades esponja permiten la filtración del agua al subsuelo. Además, proponen el uso de tanques de tormenta para el almacenamiento de agua.
Básicamente, el fundamento de estas ciudades es implantar superficies porosas que absorban el agua como una esponja, como parques inundables o fachadas verdes. De este modo, pueden prevenirse las inundaciones y las sequías, almacenando y actuando como depuradora de las aguas.
Además, este tipo de ciudades ayuda a reducir las temperaturas y el efecto «isla de calor» que producen el asfalto y los edificios tradicionales. Así, también depuran el aire y contribuyen a la conservación de la biodiversidad.
La mayor parte de las ciudades esponja se encuentran en China, como son Baicheng o Jiann. Además otras ciudades como Shanghai han adaptado parte de sus infraestructuras a este modelo. En Europa también se están haciendo esfuerzos por aumentar las zonas esponja, como en Berlín, donde ya se trata de aumentar al densidad de las ciudades para dejar espacio de absorción.
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SUDS en España
Viladecans
Debido a la alerta por sequías, esta ciudad catalana ha optado por convertirse en una ciudad esponja. Esto lo consiguen mediante una doble red de balsas y canales que recoge el agua de lluvia y la devuelve al acuífero, desde donde se aprovecha.
Al caer sobre campos permeables, el agua se almacena. Posteriormente se destina al regadío o la limpieza de la ciudad mediante un sistema de tuberías, en lugar de enviarla al mar.
Murcia
Desde 2021, La Región de Murcia ha apostado por los SUDS. Se destinó más de un millón de euros en fondos para subvencionar las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) en los municipios de la Comunidad. Además, modificaron la normativa respecto a los suelos y se puso en marcha un programa de infraestructuras verdes.
Con estas medidas, se espera que se contribuya a una mejora de la situación del Mar Menor. Mediante el trato de las aguas de manera natural antes de alcanzar el mar, se espera reducir su contaminación.
Plaza esponja de Villalba
Fuente: COAM
La Plaza de los Belgas de Collado Villalba ha sido remodelada para convertirse en una infraestructura de tipo esponja. Con la ausencia de bordillos, permiten que las zonas verdes y las losas se unan, invadiendo así la vegetación la zona de pavimento.
Así, la plaza recoge las aguas de lluvia, que mantienen los espacios verdes de la plaza y que son encaminadas al río Guadarrama, para contribuir al ciclo del agua.
Tanques de tormentas de Madrid
Aunque no se trata del sistema esponja como tal, Madrid cuenta con un sistema para retener el agua de lluvia: los tanques de tormentas. Se trata de grandes depósitos subterráneos que almacenan las aguas pluviales antes de pasar por la depuradora. Esto es especialmente útil con las primeras aguas de tormenta, pues son las que arrastran toda la suciedad que se ha ido acumulando en las calles.
Este tipo de infraestructuras ayuda a prevenir inundaciones y evitan que las depuradoras sobrepasen su capacidad y viertan las aguas sin depurar al río, contaminándolo.
Aplicación de las ciudades esponja
Como vemos, las ciudades esponja y los SUDS son una buena opción para aprovechar el exceso de agua, prevenir sequías e inundaciones e incluso reducir la contaminación y las elevadas temperaturas.
Sin embargo, debemos ser realistas y tener en cuenta que es difícil convertir una ciudad ya construída en una ciudad esponja. Conlleva una gran inversión y tiempo, por lo que las ciudades pueden ir adoptando ciertas medidas e infraestructuras concretas con estas características (como el caso de Villalba), pero probablemente pasará mucho hasta que veamos estas técnicas aplicadas al completo.