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Según un reciente estudio del CSIC, el calentamiento global y sus consecuencias podrían acabar con la producción de aceite en España. El precio del aceite de oliva es una preocupación creciente en la sociedad española, pero ¿podría este gran alimento de la dieta mediterránea llegar incluso a desaparecer de nuestras vidas?

Los efectos del cambio climático en la agricultura son evidentes, y el olivo no es una excepción. Las temperaturas cálidas, las lluvias cada vez más escasas y los eventos climáticos extremos provocan una reducción de la superficie de tierra cultivable, lo que a su vez disminuye la producción agrícola.

La cantidad de aceitunas que se producen es menor y su calidad también desciende. El conjunto de estos fenómenos hicieron que la campaña de AOVE 2022-2023 en España, la principal productora mundial de aceite, cayera al menos un 50% respecto a la campaña anterior.

Nuevas amenazas

Por si no fuese suficiente, el calentamiento global está acelerando la propagación de la bacteria Xylella fastidiosa, una amenaza grave para los olivares según un estudio del CSIC. Devastadora y casi incontrolable, esta bacteria no solo afecta a los olivos, sino también a los almendros y viñedos de los países mediterráneos. Bloquea su sistema vascular y causa su muerte, poniendo en jaque a algunas de las industrias más importantes de nuestro país. 

El clima determina el área en la que pueden ocurrir estas enfermedades, de ahí que una temperatura favorable potencie el desarrollo de brotes epidémicos. El científico Manuel Matías, del IFISC-CSIC-UIB y autor del estudio, sostiene que el cambio climático juega un papel clave en el “impulso y distribución de las enfermedades en las plantas de todo el mundo”.

Según los investigadores, con un aumento de más de 3°C en la temperatura global, se proyecta una expansión aún mayor de esta plaga en Europa, agravando la crisis de producción y causando pérdidas económicas devastadoras. 

Esta bacteria se transmite por insectos vectores y una vez que infecta una planta, no existe cura, lo que ha llevado a la eliminación de miles de hectáreas de cultivos en zonas afectadas como Italia y España.

Con el objetivo de tomar mejores decisiones a futuro y prevenir el posible impacto de la enfermedad en los cultivos, los científicos han cuantificado el riesgo de infección de X. fastidiosa a distintas escalas espaciales.

Zonas de Europa expuestas al riesgo de esta epidemia debido a la subida de temperaturas

Créditos fotografía: IFISC Instituto de Investigación

La investigación concluye que la nueva información permitirá una mejor gestión de los recursos destinados a la prevención, priorizando las áreas según su riesgo de infección. Esto facilitará a Europa la toma de decisiones más informadas y el desarrollo de estrategias efectivas para mitigar los riesgos asociados con la enfermedad de Pierce ocasionada por la bacteria Xylella fastidiosa. Según los científicos, esta es una forma de proteger el futuro de la viticultura frente al cambio climático.

El olivo, un aliado clave en la lucha contra el cambio climático

En gran medida, el aumento acelerado de la temperatura atmosférica que dificulta la producción de aceitunas se debe al incremento de los gases de efecto invernadero, especialmente el CO2. Paradójicamente, estos mismos olivares resultan ser unos excelentes captadores de este gas. 

El Consejo Oleícola Internacional reconoció que todo el olivar tradicional en España podría llegar a absorber un total aproximado de casi 8.000.000 de toneladas de CO2.

Estos árboles almacenan el dióxido de carbono que capturan de la atmósfera y lo almacenan en su estructura vegetativa para luego depositarlo en el suelo, contribuyendo de esta forma a la mitigación del cambio climático

Sin embargo, para que los olivares puedan desarrollar esta función es necesario, evidentemente, asegurar su preservación.

«El olivar es parte de la solución contra el cambio climático por su capacidad para capturar CO2 de la atmósfera».

            – Juan Antonio Polo, del Consejo Oleícola

Cómo generar créditos de carbono desde un olivar

Además de todo lo anterior, desde hace un tiempo resulta posible generar créditos de carbono a partir de un olivar, o una plantación de pistachos, viñedos o cualquier otra explotación agrícola. Desde Forest Bank ofrecemos este servicio asentado sobre el estándar Trinity Agrotech, que se está convirtiendo en el mayor certificador agro de toda la UE en algunos tipos de cultivos.

Gracias al estándar Trinity es posible generar créditos de carbono a partir de un olivar, incluso consiguiendo una buena rentabilidad, ya que la certificación incluye los créditos producidos cinco años atrás en el tiempo. Por ello, es especialmente interesante para las plantaciones relativamente recientes. En España ya hay unas 8.000 hectáreas de olivar certificadas en esta modalidad.

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