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En el contexto actual de emergencia climática, las soluciones basadas en la naturaleza han adquirido un papel protagonista en las estrategias globales para frenar el calentamiento del planeta. Entre ellas, la restauración de ecosistemas emerge como una de las más eficaces, no solo por su capacidad para proteger la biodiversidad, sino también por su extraordinario potencial de captura de carbono.

Recientemente, un equipo internacional de científicos ha cuantificado este potencial en un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature Geoscience (Schulze et al., 2025), estimando que la restauración global de ecosistemas degradados podría retirar de la atmósfera hasta 101 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO₂) a lo largo del siglo XXI. Esta cifra representa una contribución sustancial a la lucha contra el cambio climático.

¿Qué entendemos por restauración de ecosistemas?

La restauración de ecosistemas es el proceso mediante el cual se recuperan las funciones ecológicas y los servicios que ofrece un ecosistema que ha sido degradado, dañado o destruido. Esto puede implicar acciones como:

  • La reforestación con especies nativas.
  • La recuperación de humedales.
  • El manejo sostenible de pastizales y sabanas.
  • La rehabilitación de suelos agrícolas agotados.

El objetivo no es simplemente volver a un estado “prístino”, sino recuperar la capacidad ecológica de absorber carbono, mantener la biodiversidad y sostener medios de vida.

¿Cuánto carbono puede capturar la restauración ecológica?

Según el estudio de Schulze et al. (2025), el potencial de captura de carbono de la restauración de ecosistemas depende en gran medida del tipo de ecosistema, de las condiciones locales y del grado de degradación previo. Sin embargo, el análisis sugiere que, si se restauraran los ecosistemas más degradados del planeta de forma ecológicamente viable y sin entrar en conflicto con otros usos del suelo (como la producción de alimentos), sería posible capturar hasta 101 gigatoneladas de CO₂ netas hasta 2100.

Esta cifra equivale a aproximadamente dos veces las emisiones anuales globales de CO₂, lo que convierte a la restauración ecológica en una herramienta clave dentro del conjunto de soluciones climáticas.

Distribución del potencial de captura por tipo de ecosistema

El informe desglosa el potencial de absorción de carbono según distintos ecosistemas:

  • Bosques tropicales y templados: Son los que ofrecen mayor capacidad de captura, gracias a su densidad de biomasa y tasa de crecimiento. La regeneración natural y la reforestación asistida son esenciales.
  • Humedales, turberas y manglares: Aunque ocupan menor superficie, destacan por su capacidad de almacenar carbono en los suelos durante siglos, especialmente en forma de materia orgánica.
  • Pastizales y sabanas: Si se gestionan de forma adecuada, tienen un alto potencial de captura en el suelo, y además son más resilientes frente a incendios y sequías.
  • Sistemas agrícolas degradados: Su restauración mediante prácticas como la agroecología, el manejo holístico o la agricultura regenerativa puede devolver al suelo grandes cantidades de carbono.

Beneficios colaterales de la restauración ecológica

El valor de la restauración no se limita a la captura de carbono. Al restaurar un ecosistema, también se recuperan servicios ecosistémicos esenciales para el bienestar humano y la sostenibilidad a largo plazo:

  • Protección de la biodiversidad: La restauración promueve el regreso de especies nativas y mejora la conectividad ecológica entre hábitats.
  • Reducción de riesgos climáticos: Ecosistemas saludables actúan como barreras naturales contra fenómenos extremos como inundaciones, deslizamientos o tormentas.
  • Mejora de la calidad del agua y del aire: Los bosques y humedales filtran contaminantes y ayudan a regular los ciclos hidrológicos.
  • Generación de empleo verde: Los proyectos de restauración crean oportunidades de trabajo en zonas rurales y contribuyen a la economía local.
  • Seguridad alimentaria y resiliencia social: Sistemas agroecológicos restaurados son más resistentes frente a eventos climáticos extremos.

Restaurar no es solo plantar árboles

Una de las advertencias clave del estudio es que restaurar ecosistemas no equivale simplemente a plantar árboles. De hecho, muchas iniciativas de reforestación masiva han fallado al introducir especies inadecuadas o monocultivos que comprometen la biodiversidad, el equilibrio hídrico y la salud del suelo.

La restauración efectiva requiere un enfoque ecológico e integral, que considere:

  • Las especies locales y su función dentro del ecosistema.
  • Las condiciones climáticas y edáficas del lugar.
  • La participación activa de las comunidades locales.
  • La viabilidad social, económica y ecológica a largo plazo.

Limitaciones y condiciones para que la restauración sea efectiva

Si bien el potencial de captura de carbono de la restauración de ecosistemas es enorme, no es una solución mágica ni ilimitada. Schulze et al. insisten en que:

“La restauración ecológica debe verse como una medida complementaria, no sustitutiva, de la reducción de emisiones en sectores clave como la energía, el transporte o la industria.”
(Schulze et al., 2025, Nature Geoscience)

Además, la restauración debe realizarse sin comprometer la seguridad alimentaria ni el bienestar de las comunidades rurales, y debe evitar conflictos por el uso del suelo.

La restauración ecológica en políticas climáticas

Cada vez más gobiernos e instituciones incluyen la restauración en sus planes de acción climática. Iniciativas como el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030) han impulsado compromisos globales y regionales para restaurar millones de hectáreas de tierras degradadas.

En Europa, el Reglamento de Restauración de la Naturaleza forma parte del Pacto Verde Europeo, estableciendo objetivos vinculantes para la recuperación de hábitats prioritarios. En América Latina y África, hay decenas de proyectos apoyados por fondos climáticos internacionales que combinan restauración, desarrollo local y mitigación.

¿Qué papel pueden jugar las empresas y los ciudadanos?

La restauración ecológica no es solo responsabilidad de los gobiernos. Las empresas pueden integrar la restauración en sus estrategias de sostenibilidad y compensación de emisiones, apoyando proyectos de alta integridad ecológica. Al mismo tiempo, los consumidores pueden elegir productos y servicios que contribuyan a la regeneración del territorio.

Desde huellas de carbono corporativas hasta inversiones en créditos de carbono de calidad, existen cada vez más mecanismos para que el sector privado contribuya activamente a la restauración.

Conclusión

El potencial de captura de carbono de la restauración de ecosistemas es una de las claves para enfrentar el cambio climático de forma efectiva y equitativa. Restaurar no solo es reparar un daño pasado, sino también invertir en resiliencia, biodiversidad y salud para las generaciones futuras.

Integrar la restauración en las políticas públicas, en las decisiones empresariales y en la cultura climática ciudadana es hoy más urgente que nunca. Como recuerda el estudio de Nature Geoscience, la naturaleza no necesita que la salvemos, necesita que dejemos de destruirla y la ayudemos a sanar.


Fuente:
Schulze, E.-D., et al. (2025). Carbon dioxide removal through ecosystem restoration. Nature Geoscience. https://www.nature.com/articles/s41561-025-01742-z

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